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  • Ignacio Basagoiti

    Ignacio Basagoiti 12:06 el 28 February, 2012 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: ley 1-9-90, ley de los cuidados inversos, ley de murphy, leyes sociales, navaja de hanlon, principio de pareto   

    Tostadas con mantequilla y otras leyes «sociales» 

    En nuestra vida diaria, nos encontramos con situaciones que albergan paradojas o cuyo análisis nos conduce a reflexiones más o menos filosóficas. En ocasiones, estas situaciones se han formulado en forma de “leyes sociales” que, de forma humorística unas veces, y con impacto en las ciencias sociales o la investigación otras, tratan de explicar estos fenómenos, aunque siempre con una buena dosis de ironía.

    Quién no conoce la paradoja de la tostada y la mantequilla, o la ley de Murphy (que ha generado libros enteros de corolarios y pensamientos ingeniosos). Pero no todos los fenómenos responden a la ley de Murphy. Aquí os dejamos algunas de las más famosas.

    Ley de Murphy es una forma cómica de explicar los infortunios: “Lo que pueda salir mal, saldrá mal«,  en realidad es la Ley de Finagle de los Negativos Dinámicos.

    Hace unos años, un estudio científico demostró que, realmente, el que la tostada caiga hacia abajo depende de la altura de la mesa. (Matthews, Robert. Tumbling toast, Murphy’s Law and the fundamental constants. En: European Journal of Physics.  Vol. 16, Nr. 4, 18 de julio de 1995, p. 172–176).

    El principio (o la navaja) de Hanlon dice: «Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez». Es decir, las cosas no suelen hacerse a mala fe, por muy desastrosos que sean los resultados.

    La Navaja de Ockham, principio de economía o principio de parsimonia (lex parsimonia), es un principio metodológico y filosófico atribuido a Guillermo de Ockham (12801349), según el cual cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta. Dicho de otro modo, la explicación mas sencilla suele ser la correcta

    La Ley de Sturgeon deriva de una cita del escritor de ciencia-ficción Theodore Sturgeon: «Nothing is always absolutely so», lo que traducido de forma libre nos dice que nunca algo es completamente blanco o negro.

    El Principio de Pareto se ha aplicado a la política y la Economía. Trata de describir como los bienes naturales y la riqueza mundial se distribuyen e forma desigual. Mostró cómo en una población, el 20% dispone del 80% del poder político y económico, mientras el 80% restante solo dispone del 20% de la riqueza. Este principio se ha aplicado a la accesibilidad a los servicios: sólo el 20% de la población consume el 80% de los recursos.

    En sanidad, algunos aplican el principio de Pareto a la hiperfrecuentación de las consultas en la sanidad pública (ese 20% consume el 80% del tiempo disponible). También estaría relacionado con la ley de los cuidados inversos.

    Ley de los cuidados inversos, enunciada en 1971 por J.T. Hart de la siguiente manera: La ley «La disponibilidad de una buena atención médica tiende a variar inversamente a la necesidad de la población asistida. Esto … se cumple más intensamente donde la atención médica está más expuesta a las fuerzas del mercado, y menos donde la exposición esté reducida».

    La Ley de Hofstadter, formulada por Douglas Hofstadter establece de forma humorística que “una tarea siempre lleva más tiempo del esperado, incluso si tienes en cuenta la Ley de Hofstadter

    El Efecto Hawthorne es un sesgo intrínseco a los estudios experimentales con sujetos (por ejemplo, los ensayos clínicos) que se produce por un cambio en la conducta de éstos por el hecho de saber que se participa en un estudio.

    La Ley del 1-9-90 (o viceversa) establece que en una tarea colaborativa, un 1% lleva el peso de la acción, un 9% contribuye y el 90% restante observa. Esto es completamente aplicable a las comunidades online, y ocurre con independencia de su temática y tamaño. En el año 2006 un interesante informe de Jakob Nielsen se hacía eco de este fenómeno. De modo que no os asustéis si ponéis en marcha alguna iniciativa en Internet y el 90% de entradas corren a cargo del 1% de los usuarios. No es que lo estéis haciendo rematadamente mal. Son  las leyes universales de la participación.

    Y por último, uno que me encanta. El Principio de Peter o Principio de la máxima incompetencia. Acuñado por Laurence J. Peter, dice lo siguiente: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. Quiere decir que en una organización, si alguien es altamente eficaz en su puesto recibe una promoción tras otra hasta que su nuevo puesto exige más que lo que puede dar, y a partir de entonces permanece en ese cargo para siempre. Esto ocurre en organizaciones altamente jerarquizadas, y dicha jerarquía se basa en cargos y no en competencias. De este modo, adquirir nuevas competencias o “ascender” actúa como gratificación. Así, el proceso contrario supone “descender” y se trataría de un castigo, por lo que no suele producirse.

    Como vemos, hay leyes para todos los gustos. La mayoría de ellas son aplicables en Sanidad y seguro que te sientes identificado con alguna. Nos encantará que nos lo cuentes!.

     
  • Ignacio Basagoiti

    Ignacio Basagoiti 9:53 el 12 September, 2011 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: crisis, gestión sanitaria, productividad, recortes sanitarios,   

    Menos es menos. 

    Esperando los recortes.

    Esperando los recortes.

    Yo repostaba en la gasolinera que está junto a mi centro de salud. Un día llegué y tuve que ponerme unos guantes, y comenzar la consulta con olor a gasoil en las manos. Por supuesto, redujeron personal y en vez de dos empleados, dejaron solamente al encargado de cobrar. Productividad que diría la Merkel.

    Otro día fui a mi banco. Tenía que pagar un curso, y se me acababa el plazo. Descubrí un papelito en el que se me informaba que, para recibos no domiciliados, disponía de un amplio horario de ocho horas mensuales. Además, si quería actualizar mi libreta, al cajero, aunque acabase de pasar por ventanilla. Por supuesto, redujeron el personal y hoy solo hay una caja abierta. Productividad que diría la Merkel.

    Desde entonces reposto en una gasolinera en la que me llenan el depósito, porque aún no han reducido plantilla. En cuanto al banco, todavía no he encontrado una entidad en la que, a cambio de mi alma, no me muestren papelitos con horarios imposibles.

    Y me siento bien de poder reaccionar como usuario -bendita competencia-, no porque mi conciencia social esté muy desarrollada, sino porque evito que me ofrezcan menos servicios por el mismo precio. Aquí está la esencia de la cuestión, porque mis dos ejemplos no suponen un aumento de la productividad, sino una merma en los servicios.

    A diferencia de la industria, aplicar en las empresas de servicios el paradigma de la productividad tiene un mas difícil amarre. Y es que el equivalente a ponerse uno mismo la gasolina, sería vender los coches sin faros. No creo que los alemanes vendiesen muchos (o si, según el precio del coche). Redúzcanme el litro de gasoil, y yo me pensaré si me lleno el depósito yo mismo.

    Pues la sanidad pública, y aquí enlazo con lo que realmente me interesa, es una empresa de servicios.

    Empezamos a estar entumecidos de tanto remojarnos la barba, y ver cómo se acerca la tijera a modo de péndulo de Poe. Cataluña está mostrándonos el camino de lo que nos espera tras el 20-N.

    Que los recortes son necesarios parece un hecho indudable, pero dónde recortar es harina de otro costal. No olvidemos que la sanidad no es territorio virgen. La cacareada sostenibilidad ha ido generando continuos recortes, mas o menos encubiertos, que se han materializado en forma de decretazos, subempleo, contratos-programa, áreas de gestión integradas, incentivos por objetivos, falta de sustituciones, provisionalidad, etc, etc. Y esto era en época de vacas gordas.

    Pero demos un vistazo al panorama que tenemos. Una población que progresivamente envejece y, por tanto, aumenta sus necesidades sanitarias y sociosanitarias. Un gasto farmaceutico que supone buena parte del sistema sanitario. Una medicina garantista, polimedicadora y, en cierto modo, defensiva. Un sistema sanitario que gasta en curación, agudos y medicina hospitalaria -en vez de prevención, crónicos y Atención Primaria-, una organización donde la información no fluye, burocratizada, y enquistada en una visión del individuo como un conjunto de aparatos y sistemas, donde la opinión del paciente y la rehabilitación y reintegración de la persona enferma brillan por su ausencia.

    No parece que esta visión sea compatible con los recortes, sino mas bien lo que pide a gritos es un cambio en el sistema. Desburocratización, potenciación de la independencia del paciente y el autocuidado, integración de los cuidados en torno al individuo, prevención. ¿Nos suena?. Si casi huele a redes sociales!. Observatics hace también una interesante reflexión a este respecto.

    Pero la tijera -el péndulo-, acabará recortando servicios, porque aquí no es tan sencillo cambiar de banco o gasolinera, y acabará recortando la atencón ambulatoria (Atención Primaria, Atención especializada extrahospitalaria), porque los hospitales son grandes dinosaurios, difíciles de mover pero con sus propios mecanismos de autoprotección.

    Aceptemos que quizá haya que hacer recortes en sanidad, pese a que lo que nos viene a la mente son coches oficiales, diputaciones, asesores. . . Y tras aceptar pulpo, pidamos que se nos explique cómo van a reducir gastos manteniendo todos los servicios. Porque es posible que si pensamos en población, y no en individuos, entendamos que hay que hacer menos cirugía en ancianos, o menos trasplantes, o disponer de unas urgencias mas reducidas, o que nuestros niveles de colesterol sean mas altos. Lo que no deberíamos aceptar es que nos vendan eso de que nos gastamos menos, pero no lo vamos a notar.

    Y si queremos que menos sanidad no sea menos salud, ¿Donde debería entonces recortarse?. Pues ideas hay El primer lugar debería ser la burocracia. Y esto es relativamente fácil. No hablamos aquí de datos clínicos ni de imágenes radiológicas. Hablamos de agendas, peticiones, volantes. . .algo para lo que la informática ha demostrado ser tremendamente efectiva.

    Compartir la información debería ser el segundo eje. Pruebas, interconsultas, medicaciones innecesarias porque ya se hicieron, porque ya no hacen falta, porque el conocimiento al que se quiere acceder ya se tiene pero no es accesible.

    Potenciar los servicios cercanos al paciente debería ser el tercer eje. Dotar a la Atención Primaria de los recursos necesarios para la prevención, promoción y asistencia efectiva. Poner en marcha un modelo que quiso ser y no pudo ser.

    Un último factor, considerar la mayoría de edad de los pacientes. Darles herramientas para el autocuidado y evitar su dependencia del sistema. Desmedicalizar la vida, que no hace falta ser electricista para cambiar una bombilla.

    No invento nada. hay cabezas pensantes mejores que la mía, e informes de todo tipo que, desde el Abril, son concordantes en la medidas a tomar.

    Y sin embargo. . .

    Vamos a estar atentos a las noticias de las próximas semanas, y deseo firmemente equivocarme de plano. Ojala.

     
  • Vicente Traver

    Vicente Traver 1:43 el 3 April, 2011 Enlace permanente | Responder  

    ¿Menos es más? 

    Inicio aquí mi singladura conjunta con Nacho Basagoti en este blog que pretende combinar (revolver o agitar, como diría alguno de los James Bond) las ideas de un médico y un teleco, que aunque se conocen y trabajan en el ámbito de la telemedicina y la e-salud desde hace más de 10 años, todavía no ‘tienen un pensamiento único’ sino que se enriquecen con la visión del otro, con las aportaciones de los compañeros de trabajo y con vuestros comentarios.menos es mas?

    Comienzo con algo políticamente incorrecto y de ello va el título ( y no de que Nacho ya lleve 3 entradas y ésta sea mi primera :-). Estamos en un entorno en el que todos queremos más de todo y lo queremos cerca de nosotros: queremos que nuestro barrio/pueblo tenga piscina, biblioteca, centro de atención primaria, instalaciones deportivas y si puede ser, un gran hospital. Y si nos acabamos de centrar en el ámbito sanitario, queremos que nuestros médicos nos atiendan todo el tiempo que sea necesario, que no tengamos que esperar a nuestro médico en la consulta o sufrir listas de espera ante cualquier operación.  Y si no es así, nuestro carácter lo paga con el médico, con el gerente o con el político de turno.  Y puede que tengamos nuestro punto de razón pero señores, también tenemos nuestros deberes y entre ellos se encuentra el de hacer un uso diligente y eficiente de los servicios sanitarios que tenemos a nuestra disposición, servicios que por cierto se encuentran en todas las CCAA en una grave situación económica.

    ¿Tiene sentido la Nueva Fe? ¿Tienen sentido los 7 nuevos hospitales de Madrid? ¿Tienen sentido los nuevos hospitales que se están abriendo en diferentes lugares de España? A todos nos gusta tener un gran hospital cerca de casa, pero seamos conscientes del coste que implica no sólo su construcción (a modo de ejemplo, la Nueva Fe 383 millones de euros) sino también el mantenimiento posterior asociado (personal, equipos, infraestructuras,…) La respuesta fácil y bonita sería que sí, que se han construido para dar la respuesta a las necesidades sanitarias de la población pero nos hemos planteado qué es lo que necesita la población y cuál es la forma más eficiente de cubrir esas necesidades?

    La otra respuesta, la más complicada de asumir, ya la estamos viendo en Cataluña, con recortes presupuestarios, eliminación de planes de choque y con listas de espera más largas.

    Y por ello planteo …

    ¿Menos hospitales implica que nos plantearemos mejor si acudir o no a un hospital cuando tengamos un catarro?

    ¿Menos hospitales implica que se va a dedicar un mayor esfuerzo presupuestario a primaria y a la integración de los procesos asistenciales entre los diferentes niveles (y no me refiero a la integración informática)?

    ¿Menor porcentaje de subvención de los medicamentos a nivel general implicará que serán gratuitos para aquellos que realmente los necesitan?

    ¿Menos recursos disponibles en esta crisis a todos los niveles va a provocar que todos los profesionales sanitarios hagan (muchos ya lo están haciendo) un esfuerzo por optimizar los recursos y priorizar?

    Lanzo las preguntas pero no escondo la lengua y mi respuesta es que en estos casos, menos es más.

     
  • Ignacio Basagoiti

    Ignacio Basagoiti 12:12 el 22 February, 2011 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , motivación,   

    Motivar: entre memes y diretes (1) 

    Lo que nos hace levantarnos de la cama

    Lo que nos hace levantarnos de la cama.

    Resulta sorprendente observar cómo a veces, nos asaltan ideas difusas, poco estructuradas, casi sensaciones, que poco a poco se van concretando, hasta quedar reducidas a una sola palabra. Después nos descubrimos asombrados, topando una y otra vez con esa idea –casi mágica- que resume todo. Aparece destacada en la portada del periódico, la oímos en una tertulia de la radio, un amigo la coloca en la presentación que nos manda.. .

    Esa palabra clave, conjuro, premonición  y síntesis, pugna por salir y nos martillea hasta que le damos forma, hasta que volvemos a desplegarla e infectamos a los demás con la idea que ella encierra.

    Todo esto me ha ocurrido con “motivar”, de forma que permitidme que os contagie.

    motivar:

    1. tr. Dar causa o motivo para algo.

    Todos necesitamos encontrar motivos para hacer las cosas. A medio camino entre persuadir y arengar, motivar a los demás  es un arte sobre el que se han escritos montañas de libros enfocados a cualquiera de los ámbitos del ser humano y, muy especialmente, al mundo laboral.

    Aprovechar al máximo las capacidades de las personas, supone ganancias en eficiencia (productividad, como se dice en las empresas), pero también beneficios para aquellos que ven un sentido a lo que hacen, se ven apoyados en el empeño, y perciben un crecimiento personal en su tarea.

    Los médicos vamos desarrollando, de forma práctica, cierta habilidad para conseguir que nuestros pacientes se cuiden, hagan ejercicio o tomen la medicación. Esta es una tarea gratificante, pues ofrece frutos de manera casi inmediata, nos obliga a establecer lazos personales, y nos dimensiona mas allá de un papel de “técnicos” o “gestores” de la salud.

    Pero, además de nuestra vocación de servicio y nuestros pacientes, ¿Quién nos motiva a nosotros?.

    Esta claro que no se trata de dar palmaditas en la espalda, aunque a todos nos gusta que se nos reconozca lo que hacemos bien, y ese reconocimiento se verbalice.  El caso es que no es muy común recibir mensajes motivadores por parte de nuestras empresas sanitarias (públicas o privadas), y creo que la mayoría de nosotros podríamos relatar a vuelapluma, los estímulos desmotivadores que tenemos sobre nuestra mesa: burocratización, masificación, inexistencia de metas, estructuras rígidas, inexistencia de mecanismos de participación, falta de respaldo ante los conflictos. . .

    Parece claro que esta situación no es beneficiosa para los profesionales, pero indudablemente tampoco parece deseable para cualquier organización. Entre las causas, una falta de profesionalización en la gestión y dirección de los recursos humano , pero también una dificultad intrínseca al manejo de unos profesionales con altísima cualificación.

    En este último sentido, la fantástica intervención de Beatriz Muñoz-Seca en el último TedSOL Madrid el pasado  octubre, fue refrescante y clarificadora. Los médicos no somos mano de obra sino “cerebro de obra” y gestionar en el siglo XXI es, fundamentalmente, hablar en plural.

    Visto lo visto,  los profesionales de la salud estamos mostrando nuestro carácter innovador, sacando lo mejor de nosotros mismos fuera del ámbito de nuestras propias empresas.  Bendito Internet y benditas redes sociales que nos permiten desarrollarnos y crecer.

    Aun así, mantengo la esperanza. Señores gestores, estoy dispuesto a que me entusiasmen y me seduzcan. ¿Tienen idea de cómo hacerlo?

     
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